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La Coordenada

Las cámaras de fotos son obra de Satán

12 de octubre de 2023

Imagínate que eres un pintor retratista en 1830.

Básicamente te ganas la vida haciendo retratos de buenas gentes y familias ilustres de propina generosa.

Toda tu vida ha girado alrededor de ello.

Todo lo que has aprendido y perfeccionado a lo largo tu vida ha sido la pintura, concretamente la de retrato.

Un día te enteras de que hay por ahí una cosa llamada «cámara fotográfica» que hace no se qué cosa rara con la luz y… hace retratos en cuestión de minutos (sí, las primeras cámaras necesitaban de modelos con mucha paciencia).

Es decir, que hay un cacharro que le das a un botón y tras un tiempo de exposición saca una imagen perfectamente fiel a lo que tenía delante.

Algo que a ti te supondría meses de trabajo.

¿Cómo reaccionas?

Tienes dos opciones:

Piensas que Satán ha inventado ese artefacto diabólico para fastidiarte a ti, porque eres el centro del universo.

O piensas que la inventiva humana es alucinante y te maravillas ante las implicaciones positivas que un invento así puede tener.

¿Ves por dónde voy?

Antes de 1830, si querías un buen retrato de alguien querido, tenías que pagar una pequeña fortuna a un retratista.

Pero gracias a la cámara fotográfica eso cambió. Cualquiera podía tener una foto suya, o de cualquiera, a cambio de un poco de paciencia.

Algo similar ocurre ahora con las inteligencias artificiales generativas: Cualquiera puede crear algo inmenso que, antes de la IA, era inasumible si no eras un gran estudio o una gran empresa.

La IA es la democratización de los grandes avances de nuestra era.

Al igual que lo fueron las cámaras de fotos en su día.

Y digo más.

En un mundo donde se inventa un aparato capaz de hacer retratos… ¿Quién sería la persona más adecuada para hacer buenos retratos?

Yo diría que aquella persona que tenga experiencia haciendo retratos.

Pues lo mismo aplica hoy a programadores, músicos, ilustradores, creativos… y cualquiera con experiencia capaz de explicarle a una IA cómo tiene que hacer las cosas. Y supervisarla.

Cualquiera puede hacer clic y echar una foto.

Cualquiera puede hacer clic y generar una imagen con IA.

Pero solo un profesional sabe cuándo y cómo hacer ese clic.

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